31 mar Cómo puedes saber si el coaching que vas a contratar es caro?
En coaching, caro o barato son términos no tanto ligados a precio, sino a competencias. Comprar servicios de coaching por precio suele ser una mala decisión. Por qué? Porque no es el indicador adecuado: no todos los coaches tienen el mismo nivel de capacitación ni de profesionalidad, ni las mismas especialidades o experiencia.
Plantéate lo siguiente: buscas un coach barato o buscas un coach eficaz? Ya sé que me dirías que las dos cosas. Claro. todo el mundo quisiera tener un Mercedes a precio de un Seat. En el caso de los coches, ambos te van a llevar al lugar donde quieres ir, aunque uno sea más rápido o más lujoso que el otro. Ahora bien, si piensas en coaching es porque quieres que alguien te ayude a salir de donde estás o a llegar a tu próxima meta, así que no es tan evidente que el precio sea el factor clave para elegir a ese profesional. Sobretodo porque una mala praxis del coaching no te va a llevar hacia donde deseas, por barato que pueda ser.
Los precios de sesiones de life coaching de un coach certificado pueden ir desde 70 € hasta más de 300 € por sesión, las de coaching ejecutivo de 200 € a más de 800 €, y las de coaching de equipos todavía se cotizan más. Desconfía de quien te pida menos de esa cantidad: o no está suficientemente preparado, está empezando o tiene muy pocos clientes. Algunas sesiones muy baratas pueden salir muy caras si lo que recibes no es coaching, sino mezcla de terapias o consejos, si al final no se obtienen resultados, si éstos son escasos, o si se eterniza el proceso. Caro en coaching es lo que no funciona, no lo que tiene un precio más elevado.
Si buscas un coach realmente competente, que te ayude a encontrar tus propias soluciones en relación a tus objetivos, y para tí lo que pagas tiene que estar en proporción con lo que esperas conseguir, solicita una conversación previa con él, para poder conocerle mejor. Estos son los factores que influyen en el precio, y que debes saber de él:
Nivel de formación en coaching del coach: a más formación y más especialidades, más conocimientos y mayor competencia profesional. La mayoría de los coaches vienen de otras profesiones previas. Es importante conocer su bagaje para conocer también su trayectoria anterior y su nivel cultural.
Que tenga algún nivel de acreditación de la International Coach Federation (o de alguna otra asociación internacional de coaches. Si tu coach no tiene ninguna certificación internacional significa que sus competencias en coaching no han sido validadas por ningún organismo de prestigio.
1. Experiencia: no es lo mismo tener 100 h de experiencia que tener 2.500, ni conocer bien un sector profesionalmente complejo que desconocerlo. El coach senior siempre tendrá mayor valor en el mercado, como en cualquier otra profesión.
2. Resultados: pregunta cuánto duran de media sus procesos. Aunque depende de los objetivos perseguidos, de cada persona y de cada coach, normalmente se contratan procesos de 4 a 6 sesiones en empresas. En procesos particulares, la duración puede ser de 3 a 6 sesiones. Aunque puede haber procesos más breves, incluso. Por eso valorar el precio por sesión es un criterio demasiado sesgado.
3. Duración de las sesiones: no es lo mismo pagar por 45 min. que por 2 h. Demasiadas veces nos focalizamos en el precio/sesión sin pararnos a pensar qué incluyen.
4. Honestidad: si ya has empezado, observa tus progresos. Si te sientes estancado después de algunas sesiones significa que algo no está funcionando. Los coaches de ICF siguen un código ético segun el cual si no observan progreso del cliente deben proponerle alternativas más eficaces o incluso el cese del proceso, para que su cliente pueda encontrar la ayuda que necesita.
Si quieres empezar un proceso de coaching haz lo siguiente: pide una conversación previa con él, aunque sea por teléfono, plantéale estas preguntas, tu situación y objetivos, y observa si en esa primera conversación ya te aporta algo de valor para tí, si te transmite confianza.
Desde mi experiencia te diré que he observado que los clientes más comprometidos con su propio cambio son los que preguntan el precio al final, no al principio.Porque lo que más valoran es si ese coach les inspira la suficiente confianza profesional como para que sea quien les acompañe en un proceso de transformación con él.
Al final, no pagas a alguien solamente por el tiempo que está contigo. Pagas por todo lo que hizo antes para acumular habilidades, experiencia y eficacia contigo, para que tus objetivos tengan más posibilidades de llegar a realizarse.