21 nov Utiliza tu cerebro… Incluso para adelgazar.
Con el poder de la mente bien entrenada, se puede dejar una adicción como el tabaco, o instalarse una banda gástrica virtual.
Mientras escucho de fondo una agradable música para fomentar la concentración, con sonidos binaurales de fondo, mis dos hemisferios cerebrales aprenden a activarse equilibradamente, gracias a las ondas alfa, que generan un tipo determinado de vibraciones. Esto me permite trabajar más tiempo concentrada, sentirme más activada, mientras se amplifican mis posibilidades de hacer nuevas conexiones neuronales, ya que estos sonidos hacen que se enciendan más zonas del cerebro.
Cada vez se conoce más como funciona el cerebro humano, por lo que sabemos que usamos muy poco las capacidades de nuestro hemisferio derecho, que es donde se aloja la creatividad, nuestras aptitudes artísticas, la intuición, las emociones, etc. Tradicionalmente hemos confiado demasiado en nuestro cerebro izquierdo, el racional. Ahora se sabe que cuerpo, mente y emociones están interconectados por una multitud de neurotransmisores que se encargan de hacer circular la información de la mente a los órganos vitales: el pensamiento se transforma en emociones, que también se acaban somatizando en el cuerpo. La alegría protege nuestro sistema inmune, la rabia le deja expuesta a todo tipo de invasores externos, dispuestos a generar resfriados, gastroenteritis… No es casual que las personas alegres tengan mejor salud. Tienen toda una farmacopea a su servicio, que les proporcionan sustancias que otros deben tomarse vía fármacos para subsanar carencias químicas.
Uno de los retos fascinantes que tenemos como humanos es aprender también de nosotros mismos. Si no cuidas la calidad de tus pensamientos y de tus acciones, tu cuerpo pasará factura y se transformará como no querrías, y tus emociones se volverán negativas.
Utilizar las posibilidades del cerebro significa utilizar la visualización creativa para diseñar nuestra imagen del futuro, cuando hagamos y seamos como queremos en realidad. Decía un sabio oriental que no es tan importante como eres sino como quieres ser. Con el poder de la mente bien entrenada, se puede dejar una adicción como el tabaco, o bien a alguien con sobrepeso se le puede instalar una banda gástrica virtual.
Yo misma, cuando aprendí la técnica para hacerla con mis clientes, recuerdo que me concentré tanto que sentía perfectamente la sensación física que mi estómago estaba rodeado de una malla que lo apremiaba, y sentía la sensación de saciedad. No tenía ninguna necesidad de perder peso, pero hice el ejercicio porque quería vivirlo y experimentar si funcionaba o no. Estuve una semana entera sin la sensación de hambre, y me apetecía comer cosas más ligeras, como plátanos o yogures, mientras que no me patetecía la comida con grasas. Con hipnoterapia se pueden conseguir cambios potentes de este tipo.
Y luego está el reto de reforzar ese comportamiento cambiado para que se consolide como un nuevo hábito. Hay personas que adelgazaron con alguna dieta, pero vuelven a recuperar el peso en pocos meses. en ese caso hay que cambiar el patrón mental interno de recuperación de peso: ya saben adelgazar, lo que no saben es mantenerse: con un buen entrenamiento mental la mente puede cambiar estos patrones de funcionamiento inconscientes y conseguir que quieras comer de manera saludable para tu cuerpo, en cantidad y en elección de alimentos, en lugar de tener que lidiar con el deseo de comer las cosas que te gustan.
Cuando escuchas el cuerpo, haciendo una buena conexión cuerpo mente, de repente percibes la necesidad de comer determinados alimentos, y esto no es casual. El peso más grande es el de la culpa por haber comido, y éste es el primero que se procura eliminar. Lo mejor de estos cambios es que aparecen con la misma suavidad que la música que escucho, con naturalidad, en un fluir fácil y elegante, para llegar a un nivel de autoconocimiento y autodominio que nos permita ser quien realmente queremos ser, sin sufrir prohibiciones ni restricciones, simplemente disfrutando de los cambios internos producidos.